Para lograrlo, hemos repartido fotocopias de los siguientes dibujos, donde podemos ver a un hombre y una mujer, un tanto idealizados y simplificados, sobre los cuales trabajaremos con los papeles vejetales y los lápices de colores que pedíamos en esta entrada.
Para repasar sobre anatomía y ver páginas interesantes, recordad visitar la entrada anterior a esta.
Después de una clase bastante intensa sobre músculos, en la que casi hemos abarcado el cuerpo entero, toca desahogarse, así que proponemos realizar autorretratos con ceras blandas sobre el espejo del aula.
A medida que avanzamos, nos encontramos con un serio problema: si miramos fíjamente a la cara que vemos reflejada, la mano que sostiene la cera se duplica visualmente. Lo contrario ocurre si miramos fíjamente la mano con la cera, no somos capaces de dibujar encima de los límites de la cara, puesto que vemos doble.
Este efecto se debe a que además de contar con la profundidad que aparece en el reflejo, desde la mano al rostro, hay que recordar que cada uno de nuestros ojos abarca un campo visual distinto. Aunque coincidan en su mayoría, cada ojo capta distinta información. Esto nos ayuda a ver el espacio en tres dimensiones.
El resultado de los autorretratos. |
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